Empezó a tener gracia
El color del arcén,
Sólo disfrutar con
Cervezas de medio litro
Y el olor agrio del aceite quemado.
Así fue,
O la madurez o el deterioro
Amargo de la voz.
Escribir lento por fin
Con la clarividencia
De la objetividad.
Ahora que no soy
Poeta,
No soy profesor
No soy persona
Soy más que nunca.
Admiro el sabor
Perpetuo de la pobreza.
Ahora es todo más real,
Más mierda
Más presencia.
No protagonista,
No niño de camisas a cuadros
Veo mi decrepitud alzada
A escala cuadrangular.
Quién tañe con ajeno placer
La penúltima.
Pero no la última.
ResponderEliminarHace tiempo no pasaba por aquí, ahora lo he recordado, siempre es un gustazo!
Gracias por pasar y el comentario. Un saludo
EliminarYa eres y desde una nueva óptica puedes diferencias las carencias y falencias de las cosas.
ResponderEliminarUn abrazo.