martes, 12 de julio de 2016

COMARCA GUADALHORCE

Mujeres atadas a un balcón,
desheredadas de lluvia,
ajenas al ocaso del modernismo,
con un quizá perentorio en el nudo de los dedos.
La cal improvisa la presencia del color
y la luz se impone, tanta luz,
que el acento baila.
La tonada violenta de las chicharras
fabrica un deseo de vino y piel
en el exilio vestido de amarillo y rastrojo.
Cómo no amar aquí

1 comentario:

  1. Bienvenido a este mundo, mucho mar desde este sur de cal que te inspira poemas de semejante calibre. Animo y a seguir comentando, si quieres. Un abrazo

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