No desear.
Pinto reflejos
abstemios de hedonismo.
Alquilo mi inopia
con derecho a bailar festivos.
Inclino de nuevo
mi obsesiòn
a un centro,
armado de giroscopios
que me alejen
de la carne,
que me retiren
de tu flequillo
de hambre,
del acopio de los nombres,
del miedo a los colores.
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Hola Fran
ResponderEliminarSon extrañas las coincidencias, apellido, título del blog, tu amor por la poesía...
Miedo a los colores...yo prefiero el cine y la fotografía bícroma, el blanco y negro, a veces sepia. ¿A qué filósofo salvarías de la quema?
Un saludo.