domingo, 29 de agosto de 2010

Surge la palabra del miedo,
de las mesas del cristal, del torrente de voz de Santi,
de la casa encerrada, rápida de Sergio. La casa luz. De rape me, Deftones, el último tiro, el polvo incongruente contra el coche de papá.
Surge de Spinoza, del asco que nos daba Spinoza con cuatro copas.
De los Cadillacs, de soñar el parque Lezama. Del killer Calamaro, del cafetín
solo de Santi, que se tragó a Santi.
Los pisamierdas de Santi, reir a María Zambrano en un congreso subnormal.
Reir, el exceso, descubrir Rayuela, Kind of Blue.
La palabra aparece, me jode la felicidad feliz de domingo conyugal.
Surge ahí, la casa encontrada, casa cueva de Sergio.
Sin claros en el bosque, con Gadamer a cuestas el último curso. En Salamanca ebrios de ebriedad, en los viajes narcóticos por España. Con los pisamierdas de Santi

martes, 24 de agosto de 2010

Irreversible

Te llamó princesa
el fin de la carretera,
fin la vida en una habitación.
Te llamó el desfalco de tu risa,
el bosquejo de botellas mentiras
lejos de la ayuda familiar.

Te llamó dios la rentabilidad,
rentable la fe rota
del saxo alto
en el desierto de un club.
En desiertos mínimos,
en teclados negros,
la alteridad cobrada
en pagos fraccionados.

Te llamó prevaricar
la derrota anciana

sábado, 21 de agosto de 2010

Otro lugar llamado Kindberg

En la lluvia inesperada de Málaga
la osita Lina juega octaedros
en la pieza Kindberg,
ojos atados de Cortázar.
Tiemblan pechos de lolitas
en el frío,
en turnos de noche
encerrados en idearios de hormigón,
sin dinero para ser inmorales.
Rompe el absurdo
el tren de cercanías,
rompe el éxtasis de Coltrane,
el sueño de un amor supremo
en las proximidades de la insolvencia.
El ruido ciega la belleza.